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La llegada de la primera generación de coches chinos eléctricos, híbridos enchufables y eléctricos a la altura de los europeos supone ya una dura prueba para la industria del automóvil europea con unos costes asociados a sus derechos sociales mucho mayores, incapaces de competir por estos costes estructurales pero también por no controlar la tecnología del vehículo eléctrico. Mientras tanto, Europa con su Euro 7 para 2025 es una dura vuelta de tuerca a la industria europea automovilística, que ve cómo los requisitos más potentes para los motores térmicos les pillan a contrapie intentando escalar la producción lo máximo posible. En este escenario, la pérdida de empleo en las fábricas de Europa, con un hipotético cierre, puede ser brutal. En 2023 nos encontramos con una situación límite; desembarco de marcas chinas, Tesla motors con la mayor rebaja de la historia y capacidad productiva, y una regulaci&
