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Martin Lombard Senescu es el encargado de la conservación de las figuras de famosos asesinos en un museo de cera, y cuando a causa de problemas económicos, el propietario se ve obligado a cerrar, Martin logra convencer al señor Ferguson, su jefe, de quedarse con ellas antes de que sean destruidas y las traslada al sótano de su casa. Pasado un tiempo, la esposa de Martin, Emma, empieza a notar la enfermiza obsesión que tiene su marido por las figuras, con las que pasa la mayor parte del tiempo colmándolas de atenciones. Cansada de la situación, discute con su esposo y le ordena que se deshaga de ellas cuanto antes. A la mañana siguiente, Martin encuentra a su mujer asesinada en el sótano, y descubre que una de las figuras a sido la responsable. Tras enterrar el cuerpo en el sótano, Martin comprende que todo aquel que intente deshacerse de las figuras, correrá la misma suerte...
