TRABAJO DOMÉSTICO Y TRABAJO PRODUCTIVO 1. Por supuesto, la respuesta a la cuestión sobre si el trabajo doméstico es o no trabajo productivo depende de qué entendemos por trabajo productivo. La respuesta es de gran importancia desde el punto de vista de la contabilidad nacional y, por lo tanto, de la visibilidad y relevancia públicas del trabajo doméstico. 2. En el sentido económico habitual, se entiende que el trabajo doméstico no es trabajo productivo, en el sentido de que no es un trabajo directamente implicado en la producción de bienes y servicios en el mercado. El trabajo doméstico es, evidentemente, necesario para la producción, pero sólo participa en la misma de forma indirecta. 3. Cuando indicamos que el trabajo doméstico no se tiene en cuenta en el PIB nos referimos a que no se refleja en el mismo, no a que no esté incluido en él. Se entiende que el valor del trabajo doméstico está incluido en el precio del salario percibido por los trabajadores. 4. El incremento del trabajo doméstico tampoco supone una mayor producción actual de la que ya se refleja en la contabilidad nacional por otras vías y, por lo tanto, no incrementa el PIB. Aunque, por supuesto, puede suponer una mayor producción futura en el caso del trabajo reproductivo. 5. El trabajo doméstico retribuido tampoco es, en este sentido, un trabajo “productivo”, aunque sí “desglosado” en la contabilidad nacional. 6. Todo esto nos indica que el trabajo doméstico no puede ser considerado como “mayor actividad económica”. Esta es la fundamental base conceptual para la no inclusión del trabajo doméstico en el PIB y para la remisión del análisis del mismo al concepto de “cuentas satélites”. 7. Esta exclusión del trabajo doméstico en la elaboración del PIB nos priva, por un lado, de una importante información sobre la realidad del destino de los salarios y sobre el esfuerzo social realizado en el trabajo reproductivo, necesario para la producción futura. 8. Es cierto que las cuentas satélite nos pueden ir proporcionando una información cada vez más fiable sobre el trabajo doméstico. Pero también lo es que las cuentas satélite no tienen suficiente relevancia mediática ni política. Y ésta es la cuestión clave si queremos conseguir que el trabajo doméstico tenga el tratamiento y la relevancia social y política que merece. 9. Esto nos sitúa conceptualmente ante la siguiente disyuntiva teórica: - forzar la interpretación del concepto de PIB para insertar dentro del mismo, por ejemplo, conceptos que no reflejan producción realizada, sino expectativas de producción futura o bien - adaptar el concepto de PIB, incorporando en un nuevo concepto tanto la producción actual como el trabajo realizado para la producción futura o, al menos, una parte del mismo. 10. Recordemos que, en realidad, la incorporación del concepto de producción futura dentro de los objetivos de desarrollo es precisamente lo que pretendía el concepto inicial de desarrollo sostenible. Este documento es parte del proyecto de TEKUM sobre CONCILIACIÓN Y CUIDADOS. UN RETO ESTRATÉGICO. Gracias por tu interés. Sigue con nosotros. PDF:
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