Música: Julián Plaza Letra: Manuel Barros Cuántas veces por vos, he llegado a mentir en el nombre de Dios. ¿No me viste callar, con un gesto feroz, por temor a gritar? No te quedes ni un minuto más, que mi vida ya no tiene paz. Pero al verte partir, con horror te abracé por temor a morir. ¡Cuánta angustia! ¡Cuánta pena! Todo duele, todo quema... Y quema más y más y duele más la nieve de tu carne de azucena. ¡Cuánta angustia! ¡Cuánto espanto! Es vivir, queriendo tanto. Cuando la vida, nos deja entre los brazos un mísero retazo, de compasión. En mis horas sin Dios, las rodillas doblé, y recé por los dos. Fui pequeño, lo sé, como un alma sin luz que no sueña ni ve. ¡He jugado corazón! Perdí, y la vida se negó total. Hoy que debo pagar ni me pongo a correr, ni me inclino a rezar.
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