El 3 de julio de 1989 Antonio Meño, de 21 años de edad, entra en quirófano para operarse la nariz. En principio era una operación sencilla de cirugía estética para superar ese complejo que tenía. Pero algo falló durante la operación de rinoplastia y Antonio quedó en coma. Los padres de Antonio Meño no han parado de luchar desde entonces para reclamar lo que es suyo. En 1993 la clínica Nuestra Señora de América fue condenada en primera instancia a pagar 175 millones de pesetas a la familia y el anestesista fue condenado por negligencia, pero recurrió y en 1998 la Audiencia Provincial le dio la razón y le absolvió. La familia presentó recurso ante el Tribunal Supremo y en 2008 la familia Meño fue condenada a pagar euros a los acusados por los gastos judiciales. Pero en noviembre de 2010 el caso dio un giro porque apareció un testigo nuevo que los acusados ocultaron y el Supremo reabrió el caso. Las partes decidieron sentarse a negociar la cuantía de la indemnización a la familia Meño.
Hide player controls
Hide resume playing