Hoy me duele el alma

Hoy me duele el alma Los humanos compartimos con otras especies el cuidado social de la prole: tendemos a cuidar de los hijos aunque no sean nuestros, les damos la bienvenida al mundo y si está en nuestra mano, velamos para que nada malo les ocurra. Nos sale solo, sin pensarlo. Pero también de forma primaria se genera el rechazo al engendro tullido o al cretino congénito. Al que tiene una tara se le llama tarado, se le aísla, se le aparta del grupo, se espera que muera por inanición y que sus propios padres lo ahoguen “para que no sufra“. Sería de suponer que la evolución humana erradicaría estos comportamientos primitivos y que igualmente aceptáramos en nuestra tribu a todos sus nuevos miembros, sanos o no, por eso es fundamental que los padres eduquen a sus hijos, para que suelten el garrote y sean mejores hombres. La marginalización de una persona con problemas mentales puede tener consecuencias terribles, tanto para la persona afectada como para la comunidad en general. Según: Vakulinchuk