Corea del Norte informó el 18 de mayo de nuevos casos de fiebre y de otras seis muertes, mientras el líder Kim Jong-un acusaba a las autoridades de “inmadurez“ y “dejadez“ en su gestión inicial del brote de covid-19 que está asolando la nación sin vacunar. En este contexto, Kim ordenó introducir estrictos confinamientos en todo el país para “bloquear perfectamente el vacío de propagación del virus malicioso“. Además, instó a reforzar la vigilancia a lo largo de las fronteras, en el mar y en el aire con el fin de “evitar un vacío de seguridad en la defensa nacional“. Sin embargo, algunos expertos aseguran que el panorama para Pionyang es más complicado de los que se cree.
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