Waldo De Los Rios es recordado por su recurso de transformar obras muy conocidas de música clásica en música pop. En 1970 De los Ríos ya había llegado a lo más alto en las listas de éxitos de Europa y América con la «Oda a la alegría» de la Novena sinfonía de Ludwig van Beethoven, que él arregló y dirigió para el cantante Miguel Ríos. En 1971 realizó el arreglo de la Sinfonía n.º 40 de Mozart, grabado con la orquesta Manuel de Falla, alcanzando el número 1 en la lista de éxitos de Holanda y entrando entre l
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