Intérpretes: La Reverencia Cancionero Musical de Palacio () Anónimo Mi vida nunca reposa, ¡triste yo! porque en veros se perdió. En miraros tan esquiva, me sentí el corazón tan lleno de pasión, que me da mortal fatiga. Ya de mí no sé que diga ¡triste yo! pues la vida se perdió. Amor hizo ser vencidos sus ojos cuando me vieron, y que fuesen adormidos con la gloria que sintieron. Cuando más mirar quisieron, ¡triste yo! pues la vida se perdió. Estando así dudando por ver si recordaba dijo: -“ya estoy descansando, dejadlo, señora mía.“ Bien velaba, aunque dormía, ¡triste yo! pues la vida se perdió. Renegando su dolor ¡triste yo! pues la vida se perdió. Peleó con el gran amor de su gran fuego inflamado, por su siervo se le ha dado para siempre en su favor. Mi vida nunca reposa ¡triste yo! porque en veros se perdió.
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