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El terremoto que golpeó a Turquía y a Siria fue una nueva catástrofe que se sumó a la que ya estaba viviendo el pueblo sirio. Ya desde el comienzo de la guerra que le impusieron al país árabe desde el exterior en 2011, tanto Estados Unidos como la UE impusieron sanciones unilaterales que se intensificaron con el paso de los años y que afectan al pueblo en forma directa. Esas medidas coercitivas impiden la reconstrucción de Siria, rehabilitar los edificios destruidos, reparar redes de agua potable o reactivar la red eléctrica. Y como si eso no fuese suficiente, Siria está siendo saqueada por quien la sanciona: Estados Unidos, que le roba cerca del 80% de su producción de petróleo. Esto explica por qué Siria tiene mayores dificultades para enfrentar las devastadoras consecuencias del terremoto, aunque ciertos medios prefieren no exponer a los responsables, ya que hablan de “guerra” o de “sanciones” en sus titulares, pero evitan mencionar a Washington o a sus aliados. Y mientras . se niega a enviar ayuda al gobierno sirio, la prensa dominante vuelve a alabar a los “cascos blancos”, ese grupo creado por la inteligencia británica en Turquía, cuyos integrantes en muchos casos son parte de la rama siria de Al-Qaeda. Eso sí, hoy son catalogados como “ángeles de la guarda”. Asimismo, los medios hegemónicos siguen adelante con el lavado de imagen que habían impuesto durante los momentos más duros de la guerra en Siria, al llamar “rebeldes” a grupo terroristas que han cometido atrocidades y son patrocinados y armados por Occidente. Hablamos sobre todo lo que ocurre en Siria y la prensa dominante no dice con la Licenciada Tamara Lalli, politóloga, periodista y analista internacional. Los medios dominantes tal vez no tengan cura, pero al menos dudemos de aquellas “píldoras” que pretenden que traguemos.
