Antes que nada, nuestra solidaridad profunda con los hogares enlutados y ultrajados por la brutal embestida del genocida carnicero Maduro Moros. Venezuela sufre hasta esta hora la aparente indolencia de la familia militar y policial, que deja actuar a bandas armadas asesinas con componentes extranjeros y a grupos traidores uniformados. El cobarde Maduro, vacío de pueblo y arrollado en las elecciones, vomita amenazas e insultos contra la indómita María Corina y el presidente electo Edmundo González, quienes le ganaron la guerra de las actas, que es la guerra por la verdad y la paz. El Centro Carter dictaminó fraude y las patas de barro de la dictadura comienzan a ceder. Por si acaso, ya se supo de la evaluación en el ámbito de la seguridad internacional, de remover al asesino por las malas, respondiendo al reto que él mismo gritó, de irlo a sacar de Miraflores. Se acabó el plazo legal para que el CNE publicara los resultados, y se acaba el tiempo para una posib
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