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El pasado 24 de junio, al menos 23 personas murieron en el puesto fronterizo de Barrio Chino, entre Nador (Marruecos) y Melilla. Cinco meses después, una investigación de EL PAÍS junto a Lighthouse Reports, Le Monde, Der Spiegel y Enass revela nuevos detalles sobre los hechos. La investigación muestra cómo reaccionaron las autoridades de España y Marruecos ante una avalancha que dejó personas necesitadas de auxilio a los dos lados de la valla, en territorios que pertenecían a los dos países. Mientras que los agentes marroquíes no dejaron de lanzar gas lacrimógeno en un recinto que no tenía salida y respondieron a la avalancha con brutalidad, los agentes españoles no atendieron a las víctimas del amontonamiento. Y no lo hicieron a pesar de que un helicóptero de la Guardia Civil estaba viendo y grabando lo que ocurría en ese momento. Uno de los 35 testigos entrevistados afirma que una persona murió en el lado español
