Júlia Calvet, de siete apellidos catalanes, es un ejemplo vivo del fracaso de la inmersión. De pequeña, en su casa se veía TV3 y Catalunya Ràdio según explica en el libro “Por qué dejé de ser nacioinalista“ (19 euros, 181 páginas), hasta que empezó a cuestonarse la versión que transmitían los medios de comunicación catalanes y los profesores de historia y un día le espetó a su madre: “¿Mamá, ¿tan mal estmaos compara querer irnos de España y no volver jamás?“. - “Hacíamos huelga día sí, día también por la independencia y ni los profesores se quejaban“: - “Los buenos para ellos eran los separatistas“: - “La inmersión crea futuros independentistas“: - “TV3 es un fraude: no les importa el periodismo&q
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