Las revoluciones nacen en medio de una gran turbulencia social, basadas por un lado en la insostenibilidad del sistema en la tarea de preservar su hegemonía, y por el otro en la rebelión de los subordinados, que ya no toleran las injusticias impuestas por el orden dominante. El estallido revolucionario es entonces protagonizado por hombres y mujeres, formados cultural e ideológicamente por el orden precedente, pero que sin embargo han decidido romper con éste, asumiendo la construcción de una nueva sociedad, preñada de una nueva ética y cultura, pero intoxicada aún por los vicios, miserias y antivalores del orden que combaten. Por ende, las Revoluciones se constituyen como procesos imperfectos, contradictorios e irreverentes, obligados a mirarse al espejo, a someter su estado de salud a permanente examen, a evaluar los avances y retrocesos, los errores y aciertos; necesita acudir recurrentemente al ejercicio de la autocrítica para oxigenarse, revitalizarse,
Hide player controls
Hide resume playing