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La mayoría de las historias de brujas coinciden en que son seres decrépitos que obtienen sus poderes de fuentes siniestras. Esta imagen ha persistido a través de una gran parte de la historia, pero en la era antigua las brujas no solo eran mujeres hermosas, sino que obtenían sus poderes de fuentes divinas, o incluso ellas eran divinidades. ¿Cómo es que las brujas pasaron de ser diosas, a ser criaturas horribles que profanan tumbas y recitan hechizos bailando alrededor de un caldero? La diosa griega Circe es conocida como la primera bruja de la historia. En “La Odisea” de Homero, ella es descrita como una diosa hermosa que vive en un palacio aislado en medio del bosque de la mítica isla de Ææa y era conocida por su amplio conocimiento en herbolaria y pociones. Pasaba sus días tejiendo en su telar gigantesco y su canto irresistible atraía a quien desembarcara en su isla, para después hacerlos tomar una poción que los conviertía
