La naturaleza está herida, hemos dejado de ver su belleza. Estamos solos, perdidos dentro de un mundo virtual inexistente. No salimos de ahí y somos nosotros mismos los únicos espectadores de nuestro grito desesperado y mudo. Destruimos, abandonamos, olvidamos, y todo muere debajo de nuestros pies. Construimos palacios inertes e inservibles que solo alimentan el ego y el hambre de poseer. Frente a nuestras miradas perdidas, se desvanece el futuro. Hoy levantamos la voz entre dos tierras: entre la abundante, bella e indómita, y esa que vamos dejando a nuestro paso. Nos atormenta la conciencia que ignoramos, somos el monstruo y el verdugo. Dejamos sin aliento nuestra esperanza, ahogados en nuestros miedos más profundos. Caemos al fondo y aun así gritamos desesperados, con la esperanza de que alguien nos escuche. Pero estamos solos entre dos tierras. Till Lindemann Felix Barra Vazquez Del Mercado Juan Carlos Bonilla Escotto ©2024
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