El búnker... Día 30: Siempre me consideré alguien valiente, capaz proteger a mis seres queridos de cualquier peligro. Pero la guerra me ha demostrado que solo soy un mocoso cobarde y pretencioso, cuya única reacción ante el miedo es llorar. Mi hermanito se escapó ayer porque no soportaba más el refugio. Mi madre lo fue a buscar. Las bombas silbaron luego. No he dejado los lamentos... Ninguno de los dos ha vuelto. No tengo coraje. No me atrevo a ir a buscarlos. ¡¿Por qué soy tan incapaz?! ¡¿Por qué no pude acompañar a mi madre siquiera?! Me aterra pensar que están muertos. No sé que hacer. Estoy paralizado. Las bombas me sacuden y destruyen todo a su paso. No lo soporto más. Si te ha gustado, por favor, suscribete.
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