El agua y la sombra son los ejes cruciales del jardín islámico. Los persas fueron maestros en el manejo del agua y de la vegetación. Su relación con las montañas y el desierto les proporcionó la imaginación y sensibilidad suficiente para adorar al agua. Su proximidad con la India y la exhuberancia monzónica, les dotó de plantas tropicales en abundancia. Su combinación es la representación alegórica del Paraíso prometido en la otra vida en el jardín babilónico y después persa.
Hide player controls
Hide resume playing