La soledad acompaña en praderas desconocidas y llenas de verdades sinceras. Con una hermosa fotografía Urszula Antoniak nos sorprende, y nos lleva a lo humano, a sentir el calor de la vida, de los sucesos, el atisbo más mortal entre las palabras surtidas, pequeños y cortos diálogos en la desamparada Irlanda. Con una atmósfera difícil de cortar, almas dificiles se encuentran luego de un largo viaje en el que ambos protagonistas tocan partes de si mismos, rompiendo partes de si, para construirse en lo que pareciese ser, una relación de vieja data. Ambos son totales desconocidos en una calma tensa. Ella (pues nunca dice su nombre) y Martin, se juegan cada ficha de su soledad, para encontrarse, como dijo Xavi Roland en su reseña de su propio blog “el tono va tendiendo hacia una especie de calidez, arropada por una fotografía más luminosa, menos rugosa“. Así es Nothing personal. Cruda, suave, elegante, práctica, perfecta como la vida misma, dolorosa como el murmullo a oscuras.
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