LETRA: Desde que estuve, niña, en La Habana no se me puede olvidar tanto Cádiz junto a mi ventana, Tacita lejana, aquella mañana pude contemplar... Las olas de la Caleta, que es plata quieta, rompían contra las rocas de aquel paseo que al bamboleo de aquellas bocas allí le llaman El Malecón...
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