Vivir en gracia de Dios -no en pecado- es la labor más grande que puedes hacer a tu patria. Un hombre que combate afanoso sus pasiones desordenadas, sus vicios y malas inclinaciones, es una gran joya para la nación porque vive la vida de Dios, vive la vida sobrenatural y dará mucho fruto aunque él no lo vea. Dios le ve. Frente a toda la pestilencia cultural de lo mas vicioso y pervertido, el hombre necesita reconstruir la cultura católica en todos los ambientes. Decidete a ser santo. Deja esos programas de televisión, cuida tu lenguaje, viste con rectitud, formate en la fe católica de tus mayores, vive la vida de Sacramentos con las debidas disposiciones, busca un sacerdote santo...
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