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-Hey Pablo: ¿Izquierdas o derechas?... -La gente. (Pablo Iglesias, el mejor político español del siglo XXI) Apenas tres meses de existencia desde su registro oficial como partido político (11-3-2014), se dice que con euros le bastó a Podemos para lograr cinco escaños en el Parlamento Europeo —de los 54 a los que España tiene derecho—, para convertirse en la gran sorpresa de la jornada electoral del 25 de mayo. No obstante lo cual, Pablo Iglesias, que tenía augurios de una conquista aún mayor, llamó «al duelo y la calma», por no haber conseguido superar a las principales fuerzas políticas. El PP se hizo con 16 escaños, y el PSOE con 14, perdiéndose los dos partidos, en conjunto, la mayoría, al quedarse en el 49 por 100 del total de los sufragios; algo que muchos vieron como el comienzo del fin del bipartidismo. La sensación, «el día después», fue de alarma. Y en ese sentido, en un libro de urgencia, coordinado por el columnista de El Mundo John Müller, los resultados del 25-5-2014 se registraron con verdadero asombro: nadie se esperaba semejante cosa. Aunque «quien lo tenía que saber» conocía que Podemos iba a obtener «tres eurodiputados fijos», la inmensa mayoría de los españoles no tenía la menor idea de lo que podía pasar con el grupo de politólogos y activistas de izquierda, encabezados por un tipo con coleta, cuyo nombre, Podemos, era un homenaje al puro voluntarismo… Las encuestas encargadas por los medios estaban tan erradas que le daban como mucho uno o dos diputados, en el mejor de los casos, y solo en la última semana, la media atribuida por los sondeos llegó al 2,8 en porcentaje del total de los votos, cuando la cosecha final fue luego del 8 por 100. En definitiva, los resultados del 25-5-2014 fueron el asombro de propios y extraños —por mucho que Iglesias se sintiera aparentemente decepcionado—, pues nadie, insistimos, había previsto que los sucesores de los «indignados» de la Puerta del Sol de Madrid tendrían, casi tres años después —y cierto que en combinación con otros factores—, un resultado electoral así. Como dijo Jacobo Rivero, en su libro sobre Podemos: El terremoto producido por los resultados disparó todo tipo de hipótesis. Desde los sectores más apegados a la propuesta de Podemos se señaló que era una muestra del final de la «cultura de la Transición», y la evidencia de una «crisis de régimen», significada por el «austericidio» provocado por los que Pablo Iglesias ha insistido en llamar «la casta». Desde opciones distintas,se señaló que el nuevo partido es una opción «peligrosa» para la democracia. Lo cierto es que, en un plazo mínimo, Podemos cosechó algo más de 1,24 millones de papeletas a su favor, con un mensaje claro durante toda la campaña de crítica al régimen del 78 (la Transición), y un propósito que iba mucho más allá de sentar plaza en el Parlamento Europeo: ganar las siguientes elecciones para hacerse con España entera. [...] RAMÓN TAMAMES ¿Podemos? Un viaje de la nada hacia el poder .
