Desde la soledad en el poder, Macrón experimenta la enorme presión del pueblo francés para que abandone la aventura belicista en la que se ha embarcado tras la OTAN y a favor de Ucrania. De pacifista, el francés pasó a ser “dinamitero”, y ahora corre el peligro de tener su propio Waterloo. Sobre esta caída en picada de Macrón dialogaron Ivette y Margarita.
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