LA FRUSTRACIÓN DE LAS MUJERES 1. Cuando aludimos a la manipulación corporativa del movimiento de emancipación de la mujer, es importante entender que el movimiento feminista y posmofeminista es a la vez la causa y la consecuencia de la enorme frustración acumulada por las mujeres durante las últimas generaciones. 2. La manipulación corporativa de este proceso fue fundamental para que el proceso de incorporación de la mujer al mercado de trabajo no se efectuara a través del reparto entre hombres y mujeres del trabajo profesional y doméstico en su conjunto, sino a través de una bárbara y disparatada adición de 40 o 45 horas semanales de trabajo por unidad familiar. 3. Esta forma de gestionar el acceso de la mujer al mercado de trabajo fue la base de los actuales problemas estructurales de la conciliación. También fue el origen fundamental del hundimiento demográfico y de una situación estructural de sobre-explotación laboral, a través de la cual cientos de millones de mujeres se han visto sometidas durante generaciones a 80, 90 o 100 horas de trabajo semanal. 4. El movimiento feminista, y la manipulación corporativa del mismo, fueron un instrumento fundamental, no sólo para que este proceso de integración laboral se produjera, sino para que se convirtiera en este disparatado proceso de sobre-explotación laboral de la mujer. 5. Las consecuencias de esta dinámica de sobre-explotación fueron, lógicamente, una enorme y generalizada frustración de las mujeres, el desapego creciente hacia la familia, o la renuncia a tener hijos como una forma de aliviar esa insoportable carga de trabajo. 6. Inicialmente, esta sobre-explotación de las mujeres permitió a las familias aumentar su nivel de consumo como consecuencia de la disposición de un doble ingreso salarial. Sin embargo, a medio y largo plazo, el mercado laboral fue ajustando a la baja de forma progresiva los incrementos salariales durante todo el período neoliberal. Una dinámica posible precisamente porque las rentas familiares eran ahora más holgadas y, por lo tanto, los trabajadores asalariados menos reivindicativos y menos sindicalizados. Con dos salarios por familia y menos hijos, los niveles sociales de subsistencia por trabajador eran ahora sustancialmente inferiores. Y el mercado laboral fue consecuentemente ajustando los salarios a la baja de forma progresiva durante estas décadas. 7. El resultado final han sido familias que viven también ahora ajustadas en cuanto a disposición de recursos, a pesar de disponer de dos salarios por familia y haber casi renunciado en la práctica a tener hijos. Y con un disparatado nivel de sobrecarga laboral, fundamentalmente a cargo de las mujeres. 8. En este contexto, que las mujeres se hayan sentido agobiadas y frustradas personalmente era algo lógico. Es responsabilidad de todos, pero especialmente del feminismo corporativo, que, a partir de esa frustración, las mujeres occidentales no hayan podido identificar con claridad qué era lo que estaba sucediendo y por qué. 9. El feminismo corporativo, lógicamente, ha evitado cualquier análisis de lo que realmente estaba sucediendo y lleva décadas empujando a las mujeres hacia la canalización de su frustración en base a una continua manipulación de emociones y sentimientos, de forma absurda y en una permanente ocultación de los problemas reales, como corresponde a un movimiento claramente instrumentalizado por los intereses corporativos. Éste es un documento elaborado por EKAI Center dentro del Proyecto GOGOZ, siguiendo la metodología de consenso HURBIL. Gracias por tu interés. Sigue con nosotros. PDF:
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