Hace unos días encontramos a Aníbal sangrando muchísimo en la peluquería del hospital. No le habían atacado ni mordido. Era la consecuencia de una inyección con su tratamiento habitual. Aníbal no está produciendo plaquetas, y su sangre no coagula. Estamos consultando hematólogos especialistas para buscar una solución. Y sí, está en una jaula, al igual que un humano estaría en una cama de hospital. No es castigo, sino algo necesario! Mía, una de mis perras, se está volviendo ciega. Es una enfermedad genética y aunque ve bastante bien durante el día, le cuesta más cuando oscurece. No tiene dolor y esperamos se acostumbre a vivir con esta enfermedad progresiva que causa la atrofia de la retina. Mía es la perra más dulce que conozco y esto me entristece mucho, aunque sé que seguirá siendo feliz conmigo, me aseguraré de ello. Por favor, dona, ayúdanos a seguir salvando vidas!
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