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El primer avión supersónico de pasajeros, el Starflight One, intenta batir el récord de velocidad entre California y Australia a pesar de las advertencias de Josh William, su creador, que exigía dos semanas más de pruebas antes de efectuar el primer vuelo. Al demorarse el despegue debido a ciertos problemas técnicos, un misil Delta, que debe colocar en órbita un satélite de comunicaciones, se convierte en una mortal amenaza para el avión. En efecto, el misil explota muy cerca causando daños irreparables en su estructura. Totalmente fuera de control, el aparato, con graves problemas eléctricos y casi sin combustible, cuenta sólo con 48 horas para sobrevivir a la catástrofe.
