El caso de Bach es único en la historia de la música: ningún otro compositor ha dejado en las generaciones siguientes una huella tan profunda en el estilo, tan prolongada en el tiempo y tan apreciable en los oyentes. El dominio sin parangón del contrapunto y el carácter atemporal y abstracto que emana su música han sido fuentes inagotables de inspiración. Hasta el extremo de que, como pocos otros autores, Bach ha traspasado las fronteras estilísticas para alentar reinterpretaciones en clave de jazz, con el carácter libre e improvisado que caracteriza a esta música. La música va mucho más allá de lo que aparece escrito en la partitura. En concreto, la notación musical es una herramienta que simplifica y reduce los distintos fenómenos que definen el arte sonoro, asumiendo que algunos de ellos son tan complejos que resultan imposibles de ser transcritos. Por ello, cuando un intérprete ejecuta varias veces una determinada obra, aunque intente hacerlo siempre de la misma manera, en verdad, está creando una versión nueva, única e irrepetible cada vez. Aceptando esto, es decir, superando el texto escrito en la partitura y poniendo el foco en el acto performativo, deja de tener sentido analizar la música programada en los conciertos y gana interés la manera cómo esta se interpreta. Esto coincide con el paradigma interpretativo de los siglos XVII y XVIII, de ahí que los tratados musicales de la época dedicasen gran parte de sus capítulos a aspectos desligados de la partitura, como son el “buen gusto”, la ornamentación o la improvisación. Según esto, versionar en clave de jazz o improvisar a partir de obras de Johann Sebastian Bach (1685-1750) puede considerarse una práctica acorde con los paradigmas interpretativos del Barroco. Precisamente, el dúo de pianos Johann Sebastian Jazz, con sus versiones e improvisaciones, establece un diálogo estilístico entre la música del pasado y la del presente. La mayoría de las obras que proponen provienen de piezas originales para teclado, como los preludios y las fugas de El clave bien temperado, las Variaciones Goldberg BWV 988 o la Suite francesa nº 2 en Do menor BWV 813,. Sin embargo, el dúo también reinterpretará números que forman parte de algunas de las obras más conocidas del compositor. Destaca el coral “Befiehl du deine Wege”, incluido en la Pasión según San Mateo BWV 244, el primer coro de la Cantata “Gottes Zeit ist die allerbeste Zeit” BWV 106, o la reconocible “Aria” de la Suite orquestal nº 3 en Re mayor BWV 1068, popularizada ya en versión de jazz por el trío Jacques Loussier en la década de los 1960. Improvisaciones sobre las siguientes obras: Johann Sebastian Bach (1685-1750) Coral “Belfielh du deine Wege”, de Pasión según San Mateo BWV 244 Preludio en Si menor BWV 869 Pequeño preludio en Do menor BWV 999 Allemande, de la Suite Francesa en Do menor nº 2 BWV 813 Fuga a 3 voces en Do menor BWV 847 Preludio en Do mayor BWV 846 Aria, de Variaciones Goldberg BWV 988 Variación primera, de Variaciones Goldberg BWV 988 Pequeño Preludio en Do mayor BWV 934, alla bossa nova Fuga a 5 voces, de Preludio y Fuga en Do sostenido menor BWV 849 “Gottes Zeit ist die allebeste Zeit” (transcripción de G. Kúrtag, de la Cantata BWV 106) Aria en Re mayor, de la Suite nº 3 BWV 1068 JOHANN SEBASTIAN JAZZ ALEXIS DELGADO e IÑAKI SALVADOR, pianos
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