Esta es la Barcelona de Ada Colau, una ciudad en la que mientras los delincuentes y separatistas campan a sus anchas, la Guardia Urbana sanciona a un surfista que se había acercado en la playa de la Barceloneta para surfear las olas de la borrasca Blas. Uno de los surfistas que han sido identificados, afirma ser instructor de surf y, ha publicado el vídeo de su identificación en el que defendía que la roja no tiene efecto sobre la práctica del surf y que no estaba cometiendo ningún delito.
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