En este relato, sin previa introducción, Watson nos sumerge en el laberinto de la acción. Los inquilinos del 221-B de Baker Street atienden la visita de la señora Warren, dueña de una casa de huéspedes. Al describir la actitud adoptada por Holmes ante la buena mujer, Watson hace una interesante observación: “Holmes tenía un lado accesible: el del halago; y para ser justo con él, otro más: el de la bondad“. Barómetro de los sentimientos de Conan Doyle hacia su personaje, Watson descubre con sus observaciones la careta con la que Holmes intenta ocultar su verdadero rostro. Atendiendo las súplicas de la señora Warren, Holmes y Watson se acercan a su modesta pensión para intentar resolver el misterio de un huésped que paga principescamente su estancia pero que no se deja ver jamás. Ocultos, comprobarán que el misterio se agranda, ya que quien ocupa la habitación no es el caballero que la alquiló, sino una bella mujer.
Hide player controls
Hide resume playing