El Ministerio del Interior de España negó que se estuviera vigilando al atacante de origen marroquí que mató a un sacristán al grito de “Alá es grande“. Sin embargo, la oficina reconoció que sobre el agresor pesaba una orden de expulsión por su situación irregular. Los hechos ocurrieron en la tarde de este miércoles, cuando el individuo estuvo en dos iglesias y mató a una persona. Otras cuatro resultaron heridas. Las autoridades investigan la tragedia como un acto terrorista.
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