Varias multinacionales automotrices que operan sus plantas en Brasil anunciaron la imposición de vacaciones colectivas para miles de trabajadores. Ante esta situación, los sindicalistas brasileños buscan proteger a los obreros frente a posibles despidos masivos. Por su parte, las compañías sostienen que el cierre de la producción se debe a la falta de materia prima y a la reducción de la demanda.
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