El sociólogo José Antonio Egido cree que las víctimas que aparecen en las perturbadoras imágenes de la ciudad ucraniana de Bucha son en realidad “actores a los que han pagado“, y comparó la situación con la famosa manipulación mediática de 1989 en la ciudad rumana de Timisoara, donde “las fuerzas golpistas apoyadas por Occidente sacaron a los muertos de la morgue del hospital“ de la ciudad “para crear una acusación falsa de que Nicolae Ceausescu había matado a la población“.
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