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BALTASAR FARRAGÜIT es el cabeza visible de un legado ganadero en Lanjarón a punto de extinguirse. Junto con su tío José (82 años) y sus dos hijos, aún mantiene el uso pastoral extensivo en las laderas cortadas por el río Lanjarón desde su nacimiento a pies de las lagunas de Lanjarón y El Caballo. Baltasar habla el mismo idioma de la montaña, no en vano conversa con ella a diario desde hace más de cincuenta años. Ambos transmiten un mensaje de auxilio, de necesidad ante el agotamiento que se ha producido por falta de ayuda institucional para la supervivencia de este uso tradicional en las montañas del Antiguo Mundo. Pastizales degradados, infraestructuras en desuso, trabas administrativas y desánimo en general que lleva al abandono de este tipo de vida. Idéntico caso al de otros ya conocidos, valga como un ejemplo más del diagnóstico actual de la situación y posibles enfoques sociales y gubernamentales si se quieren recuperar los valores sociales, culturales y ambientales que implica este tipo de vida.
