Himno Nacional de la República Argentina en su versión original de 1813. 1813 Música: Blas Parera Letra: Vicente López y Planes ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Letra Oíd ¡mortales! el grito sagrado: ¡Libertad!, ¡Libertad!, ¡Libertad! Oíd el ruido de rotas cadenas: Ved en trono a la noble igualdad. Se levanta a la faz de la tierra, Una nueva y gloriosa Nación. Coronada su sien de laureles, Y a su planta rendido un León. Sean eternos los laureles, Que supimos conseguir. Coronados de gloria vivamos, O juremos con gloria morir. De los nuevos campeones los rostros, Marte mismo parece animar. La grandeza se anida en sus pechos, A su marcha todo hacen temblar. Se conmueven del Inca las tumbas, Y en sus huesos revive el ardor, Lo que ve renovando a sus hijos, De la Patria el antiguo esplendor. Sean eternos los laureles, Que supimos conseguir. Coronados de gloria vivamos, O juremos con gloria morir. Pero sierras y muros se sienten, Retumbar con horrible fragor. Todo el país se conturba con gritos, de venganza, de guerra y furor. En los fieros tiranos la envidia, Escupió su pestífera hiel. Su estandarte sangriento levantan, Provocando a la lid más cruel. Sean eternos los laureles, Que supimos conseguir. Coronados de gloria vivamos, O juremos con gloria morir. ¿No los veis sobre Méjico y Quito, Arrojarse con saña tenaz? ¿Y cual lloran bañados en sangre, Potosí, Cochabamba y la Paz? ¿No los veis sobre el triste Caracas, Luto y llanto y muerte esparcir? ¿No los veis devorando cual fieras, Todo pueblo que logran rendir? Sean eternos los laureles, Que supimos conseguir. Coronados de gloria vivamos, O juremos con gloria morir. A vosotros se atreve ¡Argentinos! El orgullo del vil invasor. Vuestros campos ya pisa contando, Tantas glorias hollar vencedor. Mas los bravos que unidos juraron, Su feliz libertad sostener. A esos tigres sedientos de sangre, Fuertes pechos sabrán oponer. Sean eternos los laureles, Que supimos conseguir. Coronados de gloria vivamos, O juremos con gloria morir. El valiente argentino a las armas, Corre ardiendo con brío y valor. El clarín de la guerra cual trueno, En los campos del Sud resonó. Buenos Aires se pone a la frente, De los pueblos de la ínclita Unión. Y con brazos robustos desgarran, Al ibérico altivo León. Sean eternos los laureles, Que supimos conseguir. Coronados de gloria vivamos, O juremos con gloria morir. San José, San Lorenzo, Suipacha, Ambas Piedras, Salta y Tucumán. La Colonia y las mismas murallas, Del tirano en la Banda Oriental. Son letreros eternos que dicen: “Aquí el brazo argentino triunfó.“ “Aquí el fiero opresor de la Patria, Su cerviz orgullosa dobló.“ Sean eternos los laureles, Que supimos conseguir. Coronados de gloria vivamos, O juremos con gloria morir. La victoria al guerrero argentino, Con sus alas brillantes cubrió. Y azorado a su vista el tirano, Con infamia a la fuga se dió. Sus banderas, sus armas se rinden, Por trofeos a la Libertad. Y sobre alas de gloria alza el pueblo, Trono digno a su gran majestad. Sean eternos los laureles, Que supimos conseguir. Coronados de gloria vivamos, O juremos con gloria morir. Desde un polo hasta el otro resuena, De la fama el sonoro clarín. Y de América el nombre enseñado, Les repite ¡mortales! Oíd: ¡Ya su trono dignísimo abrieron, Las Provincias Unidas del Sud! Y los libres del mundo responden: ¡Al Gran Pueblo Argentino, Salud! Sean eternos los laureles, Que supimos conseguir. Coronados de gloria vivamos, O juremos con gloria morir.
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