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Existen diversas maneras de percibir la obra de Dios en todo lo que existe y en todas las cosas buenas que experimentamos en nuestra vida. Algunas de ellas son: 1. A través de la naturaleza: La belleza y perfección del universo, la complejidad de la vida y la diversidad de especies en la Tierra, son evidencias del poder creativo de Dios. 2. A través de la conciencia: La capacidad de percibir el bien y el mal, el sentido de justicia, la empatía y la capacidad de amar son señales de que hemos sido creados por un ser supremo. 3. A través de la fe: La experiencia personal de la gracia y la presencia divina en nuestras vidas es una señal clara de que Dios existe y es la fuente de todo lo bueno. 4. A través de las enseñanzas religiosas: La mayoría de las religiones enseñan que todo lo bueno viene de Dios, y que debemos buscarlo y agradecerlo en todo momento. En resumen, si estamos atentos a las señales que nos rodean, y si buscamos en nuestro interior y en las enseñanzas religiosas, podremos llegar a la conclusión de que todo lo que existe fue creado por Dios, y que Él es la fuente de todo lo bueno que experimentamos en nuestra vida. Desde una perspectiva teológica, se puede afirmar que todo lo que existe fue creado por Dios y que toda gracia, don y bien proviene solamente de Él. Esta enseñanza está presente en la Biblia en numerosas ocasiones. Por ejemplo, en el libro de Génesis se nos dice que Dios creó el mundo y todo lo que hay en él, incluyendo al ser humano: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra“ (Génesis 1:1) y “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó“ (Génesis 1:27). Asimismo, en el Nuevo Testamento se nos dice que todos los dones que recibimos provienen de Dios: “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces“ (Santiago 1:17) y “Y a cada uno se le da la manifestación del Espíritu para provecho“ (1 Corintios 12:7). La gracia de Dios es también un tema importante en la Biblia. En el Evangelio de Juan se nos dice que “de su plenitud todos hemos recibido gracia sobre gracia“ (Juan 1:16) y en la Epístola a los Efesios se nos dice que “por gracia habéis sido salvados por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios“ (Efesios 2:8). En resumen, la Biblia nos enseña que todo lo que existe fue creado por Dios y que todo don, gracia y bien provienen solamente de Él. Estas enseñanzas se pueden encontrar en numerosas citas bíblicas y son fundamentales para la teología cristiana. La existencia de Dios como creador de todas las cosas es un concepto fundamental en la teología y se basa en la revelación divina. Aunque no hay una “prueba“ irrefutable de la existencia de Dios, hay varios argumentos que apoyan esta afirmación. Uno de ellos es el argumento cosmológico, que se basa en la observación de que todo en el universo tiene una causa y que, por lo tanto, debe haber una causa primordial para el universo en su conjunto. Esta causa primordial se considera que es Dios. Además, la Biblia es una fuente clave para afirmar la creencia en que todo fue creado por Dios. En Génesis 1:1, se lee: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra“. Esto sugiere que Dios es el creador del universo y todo lo que contiene. En Colosenses 1:16-17, también se afirma que “Porque en él fueron creadas todas las cosas en los cielos y en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, sean dominios, sean principados, sean autoridades. Todas las cosas han sido creadas por medio de él y para él. Él es antes de todas las cosas, y en él todas las cosas se mantienen juntas“. Otro pasaje bíblico que apoya la creencia en que todo fue creado por Dios se encuentra en el Salmo 19:1, que dice: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos“. Esto sugiere que la creación misma es una prueba de la existencia de Dios y de su poder creativo. En resumen, la creencia de que todo fue creado por Dios se basa en argumentos filosóficos y en la revelación divina de la Biblia. La existencia del universo y la complejidad de la vida son evidencias que apoyan esta afirmación. La comprensión de la creación de todas las cosas por parte de Dios es un don del Espíritu Santo. Según la Biblia, el Espíritu Santo es el que nos guía a toda verdad (Juan 16:13) y nos da entendimiento de las cosas divinas (1 Corintios 2:10-14). Es a través del Espíritu Santo que podemos comprender la magnitud de la creación y la obra de Dios en todo lo que nos rodea. También es por medio del Espíritu que podemos percibir las gracias y dones que Dios nos da y reconocer su presencia en nuestras vidas.
