El criminal fugitivo de prisión Moose Malloy (Ward Bond) obliga a 'Goldie' Locke (Allen Jenkins), asistente del detective Gay Lawrence (George Sanders), alias “el Halcón“, a encontrar a su antigua novia Velma, a quien hace 5 años que no ve. Pronto el Halcón y Goldie se ven implicados en diversos crímenes que no cometieron y en la búsqueda de un collar de jade robado sobre el que se pedía un rescate. A su vez, el Halcón y Goldie se ven ayudados por una atractiva periodista en ciernes (Lynn Bari) que busca su oportunidad para entrar en algún periódico tratando de resolver el intrincado caso que tienen entre manos. El Halcón entra en constantes conflictos con el inspector de policía Mike O'Hara (James Gleason) que, con sus torpes ayudantes, también pretenden resolver el caso. Lo cierto es que la atractiva Diana Kenyon (Helen Gilbert), era “Velma“ y ahora tiene una nueva identidad. Kenyon forma parte de una organización criminal que, junto con Laird Burnett (Selmer Jackson) propietario del Swan Club, Quincy W. Marriot (Hans Conried) y el “psíquico“ Jules Amthor (Turhan Bey), se dedicaban a desvalijar a gente adinerada incauta. Finalmente, Kenyon mata a Malloy, quien no podía creer la traición de su ex-novia, y luego el Halcón logra reducir a la muchacha, mientras llega la policía. La historia, aquí en clave cómica, se inspira en la novela de Raymond Chandler “Farewell, My Lovely“ (“Adiós Muñeca“), sobre la que también Edward Dmytryk adaptó y dirigió la notable película “Murder, My Sweet“, en 1944 (DERECHO NOIR)
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