El documental sobre el concierto de rock en Avándaro en 1971 -el Woodstock mexicano- de Alfredo Gurrola en Super-8 se proyectó de manera regular. Más interesado en los campos llenos de basura y el retiro heterodoxo de los 200,000 aficionados que en el clímax orgiástico de ’Tenemos el poder...’, Gurrola se concentra en los hippies pidiendo aventón a casa en los techos de los autobuses. Los medios priístas reportaron que el evento era violento y disoluto, aunque el periodista José Agustín señaló que hubo más muertes unos días después durante las fiestas patrias. En este contexto la película de Gurrola funciona como un corrector para los intentos institucionales de desacreditar el concierto. - Rita González y Jesse Lerner, Cine Mexperimental, 1998 * Sergio García aparece en los créditos como fotógrafo, aunque en realidad fue el editor y musicalizador de este documental cuyas tomas eran mudas.
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