EMPRESA PÚBLICA Y EFICIENCIA 1. Es habitual entender que los compromisos de responsabilidad social de las empresas se consideran como complementarios al desarrollo de una actividad eficiente de producción de bienes y servicios. Con frecuencia, sucede lo contrario, al menos desde un punto de vista conceptual, en el caso de la empresa pública. En este tipo de empresa, se da conceptualmente por supuesto su compromiso social y, al contrario, ese compromiso social se debe contrastar con su mayor o menor eficiencia en la producción de bienes y servicios. 2. Conceptualmente, en un análisis previo y superficial, ateniéndonos exclusivamente a su respectiva finalidad, podríamos claramente afirmar la superioridad del modelo de empresa pública frente al modelo de empresa de capitales o cooperativo. La empresa pública tiene finalidades últimas definidas en función del interés general, mientras que las cooperativas gestionan la producción de bienes y servicios en función del interés de sus trabajadores, proveedores o clientes y las empresas de capitales en función de los intereses del o de los inversores de capital. 3. Sin embargo, la finalidad teórica no es suficiente para valorar un determinado modelo empresarial. Es necesario contrastar esta finalidad teórica con la realidad práctica, desde el punto de vista de la eficiencia en la producción de bienes y servicios. La finalidad última de interés general es un valor en sí mismo, pero que precisa de un nivel suficiente de eficiencia productiva para que el modelo empresarial correspondiente pueda legítimamente defenderse. 4. Algo similar sucede en la comparación entre empresas cooperativas y sociedades de capitales. En apariencia, teniendo en cuenta su respectiva finalidad, las empresas cooperativas serían claramente superiores a las de capitales en cuanto a su defensa de los intereses de los trabajadores, proveedores o clientes, frente a la mera maximización razonable de la rentabilidad a medio plazo de la inversión en el caso de las sociedades de capital. Sin embargo, esta finalidad teórica debe necesariamente contrastarse con la eficiencia productiva para que podamos valorar cada una de las dos modalidades empresariales. 5. Por supuesto, esta valoración de la finalidad y eficiencia de cada modelo empresarial no tiene por qué generalizarse. Es perfectamente posible que en un determinado caso y en un determinado sector resulte preferible el modelo de empresa pública y en otra empresa o sector lo sea el modelo cooperativo o de capitales. Y esta capacidad de análisis objetivo diferenciado por empresas y por sectores es probablemente uno de los activos más importantes de las políticas económicas de los países emergentes, frente a los posicionamientos meramente ideológicos o dogmáticos habituales en Occidente. 6. Como explicaremos, afirmar que al comparar los modelos de empresa pública y privada es necesario tener en cuenta la respectiva eficiencia productiva estamos haciendo una afirmación teórica pero que no es en absoluto sencillo llevar a la práctica. Comparar la eficiencia productiva de las empresas públicas y privadas suele ser muy complicado, como consecuencia de distintos factores que describiremos en su momento. Estos factores están fundamentalmente relacionados con las diferentes finalidades de cada modalidad empresarial y, por lo tanto, con la necesidad de aplicar distintos indicadores a la hora de valorar la eficiencia con la que gestionan su respectiva actividad de producción de bienes y servicios. Éste es un proyecto de EKAI Center, en colaboración con la Vicepresidencia Segunda del Gobierno, Ministerio de Trabajo y Economía Social. Gracias por tu atención. Sigue con nosotros. PDF:
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