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La Primera Ley Biológica descubierta por el Dr. Hamer establece el origen real de todas las enfermedades. Todas, sin excepción, incluso las de orden psicológico, tienen un origen común: uno o más conflictos biológicos que pueden ser identificados con precisión. Gracias a esta Primera Ley Biológica se acabó la incertidumbre. Ya no son necesarias las estadísticas ni las encuestas para saber por qué enfermamos. Por fin sabemos cuál es el origen real de todas las “enfermedades”: un conflicto biológico, que pone en riesgo nuestra supervivencia. Asimismo, ahora somos conocedores de que la sabiduría de nuestro cuerpo, nos ayuda a solventarlo, sincrónicamente, como un todo y que no debemos obstaculizar ese proceso, porque tiene un sentido que hasta ahora la medicina no había visto: mantener la vida.
