REPARTO DEL TRABAJO DOMÉSTICO 1. Una vía política habitual a la hora de enfocar el reto de la conciliación entre trabajo y familia y los cuidados es la de apuntar al reparto del trabajo doméstico entre hombres y mujeres como vía de actuación. 2. El planteamiento parece claro desde una perspectiva de lógica formal. Si las mujeres asumen una carga proporcionalmente mayor del trabajo doméstico, resulta en apariencia lógico que los hombres vayan incrementando su implicación progresivamente, aliviando así la sobrecarga de trabajo de las mujeres. Sin embargo, como vamos a ver, si esta perspectiva de lógica formal la examinamos en un contexto histórico, el análisis nos puede llevar a conclusiones sensiblemente distintas de las habituales. 3. Según estimaciones del EUSTAT para el año 2018, las mujeres realizaban un 67% de las horas de trabajo doméstico, frente a un 33% los hombres. Y esto a pesar de una evolución constante pero lenta hacia el acercamiento entre los dos sexos, partiendo de un 79% de horas dedicadas por las mujeres y un 21% por los hombres en el año 1993. 4. Sin embargo, la interpretación de este fenómeno puede ser sensiblemente distinta si la abordamos desde una perspectiva más amplia. Y ello puede tener repercusiones sustanciales sobre las políticas públicas a desplegar al respecto. 5. Aunque sea también desde una perspectiva orientativa por la complejidad de los cálculos, si tenemos en cuenta la evolución del número de horas semanales dedicado al trabajo doméstico observamos el enorme impacto que este proceso ha tenido también en el caso de los hombres. Según esta estimación, desde los años 70, los hombres habrían pasado de una dedicación semanal al trabajo doméstico de 10 horas en los años 70 a nada menos que 44 horas en el año 2019. 6. El impacto es, desde luego, enorme y también nos explica el contexto. Puesto que partimos de un contexto de incremento constante de la carga de trabajo total (remunerado y no remunerado), incrementar esta carga es tremendamente gravoso para cualquier colectivo. Lógicamente, esto dificulta radicalmente avanzar en la línea de reparto del trabajo doméstico que acostumbran defender nuestras políticas públicas. 7. Este contexto nos revela la enorme dificultad de conseguir una reducción significativa de la carga que para la mujer representa el trabajo doméstico acumulado al trabajo profesional, si no es a través de una reducción estructural del tiempo de trabajo, preferiblemente tanto para hombres como para mujeres. Este documento es parte del proyecto de TEKUM sobre CONCILIACIÓN Y CUIDADOS. UN RETO ESTRATÉGICO. Gracias por tu interés. Sigue con nosotros. PDF:
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