Los aviones fantasma de Nicolás Maduro operan sin plan de vuelo, una clara y peligrosa violación contra las leyes internacionales de la aviación. Los controladores aéreos en Veneuzela son obligados a autorizar los vuelos de salida sin cumplir la legislación bajo amenaza de despido. Los aviones y vuelos de Maduro son del todo fantasmagóricos: no llevan plan de vuelo y las compañías que tienen esas aeronaves en propiedad también son empresas fantasma radicadas en paraísos fiscales. El avión incautado está matriculado en San Marino por una sociedad fantasma cuyo país de residencia todavía no ha sido desvelado. La aeronave fue vendida de sus antiguos dueños a la nueva sociedad por 14 millones de dólares en una compleja operación que tuvo como intermediaria a una empresa que fungió como comisionista de la compra-venta en Miami, según me han explicado fuentes de la investigación. Todas las partes hasta ahora investigadas han negado ser parte de la compra-venta y todos explican que han servido como asesores, tal como expliqué en mi último video de Youtube.
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