EL RETO DE LAS MINORÍAS SEXUALES 1. Como en el conjunto de las corrientes del posmodernismo corporativo, también en el caso de las minorías sexuales nos encontramos, por un lado, con un reto real al que la sociedad debe hacer frente y, por el otro, con una sistemática manipulación corporativa. 2. El reto real y objetivo que Occidente tenía pendiente de resolver con respecto a las minorías sexuales era, sin duda, el del respeto. Grupos sociales tradicionalmente perseguidos debían dejar de serlo y debían reconocerse sus derechos humanos y sus legítimas aspiraciones. 3. Sin embargo, tal como ha sucedido con otras legítimas aspiraciones sociales, las minorías sexuales han sido sistemáticamente manipuladas por las élites corporativas occidentales y utilizadas para sus estrategias de reducción y control de la población. 4. Distintos tipos de minorías perseguidas, discriminadas o injustamente tratadas han sido un caldo de cultivo para este tipo de manipulaciones. Es humanamente y políticamente comprensible que tiendan a adherirse entusiasmadas a cualquier grupo de interés o movimiento social que les apoye. 5. De esta forma, las élites corporativas occidentales han apoyado de forma oportunista a minorías étnicas y nacionales, no por identificación con sus objetivos, sino con el fin de utilizarlas como un grupo de presión a su favor, o como carne de cañón, según el caso. 6. De forma equivalente, la élite corporativa ha utilizado sistemáticamente a las minorías sexuales, no por identificación con sus intereses, sino como un instrumento de apoyo a sus políticas antinatalistas y de control social. 7. Complementariamente, como también ha sucedido con otro tipo de minorías, un sector significativo de las minorías sexuales ha aceptado ser utilizado como “fuerza de choque” para el control social. No es algo que deba extrañarnos. Como hemos dicho, las minorías históricamente oprimidas o marginadas tienden a agarrarse a un clavo ardiendo. La élite corporativa posmoderna ha ofrecido a estas minorías un protagonismo social antes impensable a cambio de un apoyo ciego a las estrategias corporativas. Y un importante sector de estas minorías ha aceptado convertirse en un “lobby” al servicio no sólo de los intereses de las propias minorías sexuales, sino del conjunto de los intereses estratégicos corporativos. 8. Como en otros ámbitos del posmodernismo corporativo, es imprescindible abordar el reto de las minorías sexuales desde una perspectiva racional. Ello requiere, por un lado, evitar caer en la habitual trampa corporativa de generar y controlar la disidencia a través de mecanismos de acción y reacción. Esto supone evitar, como sucede con ciertos populismos conservadores, caer en una posición reactiva que, por sobrerreacción, acabe cuestionando derechos e intereses legítimos de estas minorías. 9. Al contrario, el análisis racional nos debe llevar precisamente a deconstruir el posmodernismo corporativo también en este ámbito. Con un respeto escrupuloso a los derechos e intereses legítimos de estas minorías, pero cuestionando sin reparos y con la contundencia necesaria la utilización de las mismas que ha venido impulsando de forma constante el posmodernismo corporativo. Éste es un documento elaborado por EKAI Center dentro del Proyecto GOGOZ, siguiendo la metodología de consenso HURBIL. Gracias por tu interés. Sigue con nosotros. PDF:
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