Earl Janoth (Charles Laughton) es un tiránico propietario de un emporio de publicaciones de todo tipo. El edificio corporativo, en N. York, es inmenso y en su hall de entrada cuenta con un imponente reloj, el más exacto y grande jamás construido. En la revista Crimeways, una de las publicaciones de la corporación, trabaja como editor jefe George Stroud (Ray Milland), un destacado y brillante periodista que ha trabajado sin descanso en los últimos años y ahora solo pretende tomarse una merecida y siempre postergada “luna de miel“, junto con su mujer Georgette (Maureen O’Sullivan) y su hijo. Presionado por su tiránico jefe, que pretende que Stroud vuelva a postergar su descanso, éste no accede y está dispuesto a que lo despidan llegado el caso. En medio de esos avatares laborales, en un bar de la zona el periodista entra en contacto casual con Pauline York (Rita Johnson), la amante de Janoth, quien le propone un plan de chantaje contra Janoth. Stroud pierde la noción del tiempo, y su mujer, enojada, que lo estaba esperando para el ansiado viaje, termina yendo sola con el hijo al lugar planificado para la “luna de miel“. Stroud y York van al apartamento de ella, pero York ve llegar a Janoth y le dice a Stroud que se vaya. En un ataque de celos, ya que se dio cuenta que alguien salió del apartamento de la mujer (aunque no reconoció a Stroud), Janoth mata a su amante con un pesado reloj de arena que justo había comprado Stroud, conjuntamente con un cuadro. Aunque Janoth al principio pretende confesar su crimen, su asistente Hagen (George Macready) lo convence para que incrimine al supuesto amante de Pauline, utilizando las dotes periodísticas precisamente de Stroud para poder ubicar al amante “asesino“. Nuevamente en el ruedo laboral con este candente caso y sabiendo que las evidencias circunstanciales lo apuntan a él mismo como asesino, Stroud se da cuenta muy rápido que quien cometió el asesinato fue su propio jefe y que tendrá una carrera contra el tiempo para encontrar las pruebas al respecto y, a su vez, evitar a todos los testigos que lo incriminarían a él mismo como (falso) culpable. Finalmente, confrontando con Janoth y su asistente Hagen, Stroud pergeña la treta de enfrentarlos a ambos diciendo que el amante “asesino“ es Hagen. Este, enfurecido ya que no está dispuesto a llegar a tanto por su jefe, revela que fue Janoth quién mató a York y que él solo ayudó con el encubrimiento. Janoth le dispara a Hagen e intenta escapar pero cae por el hueco del ascensor y muere (DERECHO NOIR).
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