No es más ni menos arcángel que los otros dos cuyos nombres conocemos y que celebramos en conjunto hoy, san Gabriel y san Rafael. Pero quizás en los tiempos que estamos viviendo se nos hace más fácil acordarnos de su figura, con lanza o con espada, por cuanto refleja la lucha contra el mal, tan presente en nuestros días. Nos acogemos a la protección del príncipe de las milicias celestiales, el gran general de los Tronos, Dominaciones, Potestades, Principados, Virtudes, Querubines, Serafines, Ángeles y Arcángeles. Que hoy nos preste siquiera su escudo para que también nosotros podamos pasear con paso firme por el mundo con el orgulloso mensaje de “¿Quién como Dios?“
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