EL DÍA DE LA MUERTE - 17 de Octubre de De “A Destiempo - Eternidad“ / Esperanza zc © Derechos Reservados - Voz Javier Aranda No sé qué día es hoy… Ayer fue el día de la muerte. Recorrió el mundo con su sonrisa fría. La vi temprano junto al chico en el puente a punto de saltar. Una vida menos. ¿Cuánto vale una vida? ¿A quién le importa? La vida de un hombre, de un pájaro, de una hormiga. ¿Cuál es la medida, el número que dirá su importancia? Un hombre lo dijo en el noticiero: murieron mil pájaros en New York, chocaron contra un rascacielos. Y otro respondió: ¿Qué importa? Hay muchos más. Mil hombres, niños y mujeres murieron en Israel. Ellos valen un poco más que los miles que durante más de 70 años han muerto en Palestina. ¿Importan? Hay muchos hombres, tantos como pájaros y hormigas. Mil hormigas murieron ayer en mi cocina cuando barrí la casa. ¿Quién vale más? ¿Una hormiga? ¿Un pájaro? ¿Un hombre? ¿Un americano? ¿Un francés? ¿Un ruso? ¿Un ucraniano? ¿Un Yemení? ¿Un afgano? ¿Un campesino? ¿Un estudiante de Colombia? ¿Un guerrillero? ¿Un sirio? ¿Un africano? ¿Quién tiene la vara que lo mide? Ayer fue el día de la muerte. Los diarios le dieron su medida. Pusieron cada muerto en la balanza y le dieron su precio. Uno de ellos vale por diez de los otros, de los nadie. Vale por cien, por mil pájaros, por un millón de hormigas. Ayer fue el día de la muerte, estuvo aquí desde la mañana hasta el nuevo sol. Reía con el fragor de las bombas, con los gritos, las sirenas, con el silencio con los vidrios rotos del rascacielos de New York, con el ruido de mi escoba barriendo las hormigas. El viento de la muerte sopló fuerte ayer, acabó con la vida de los importantes y los miserables. Un chico extravió su luz y saltó de un puente. Un hospital fue bombardeado en Palestina. En Yemen, la enfermedad y el hambre fueron el pan del día. Se asesinó en cada rincón de la tierra. En Israel, en Siria, en Rusia y en Ucrania, en México, en Colombia, en la doliente África. En Bolivia y Perú el plomo hizo su parte, los socavones fueron las tumbas de los mineros. La muerte se acomodó la máscara de la libertad y el progreso, la máscara de dios, de la verdad, la democrática máscara de la mentira. Y los serviles le hicieron reverencia, hincaron sus rodillas ante ella, aplaudieron su acto, su teatro de farsa. Ayer fue el día de la muerte, mil pájaros agonizaron en New York, las hormigas no andarán en mi mano. Ayer fue el día de la muerte y nunca fue tan frío y estúpido el mundo. ¿Quién la tiene más grande? ¿Quién es más poderoso? ¿Quién tiene más armas? ¿Quién las más destructivas? Hay que defenderse del hermano, poner alambres y muros en las fronteras, cerrar los puertos para que no lleguen los migrantes, correr el cerco para tener más tierra. Ir al espacio, enviar cohetes para exportar idiotas. ¿Quién llegará primero? Reina la muerte en la tierra, La coronan con diadema de oro y esmeraldas. Todo vale, menos la vida, la tuya, la mía, la de la hormiga, la del pájaro Importan el petróleo, el gas, la economía, la bolsa de valores, las inversiones, el fondo monetario, los banqueros, los paraísos fiscales, los políticos, el statu quo de los grandes señores. Hay bombas buenas y malas, otras maravillosas, libertarias, misiles justicieros, que salvarán la democracia de los países buenos, de los dueños del mundo ¿Quién pone la balanza? ¿Cuánto vale una vida? Guerra, desolación. ¿Habrá esperanza? Ayer fue el día de la muerte y hoy y mañana y en uno y en diez años más, será el día de la muerte. ¿Qué importa? Somos miles, millones como las hormigas, como los pájaros. (18-10-2023 Esperanza Zc©) #guerra #gaza #literatura
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