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Erik Prince, un exmilitar de élite estadounidense y empresario de la industria de los ejércitos privados, ha anunciado que pronto encabezará una acción contra el régimen de Nicolás Maduro El anuncio ha causado enorme revuelo en las redes sociales y fue Trending Topic en Twitter el pasado martes. El fundador de uno de los mayores ejércitos privados del mundo, Blackwater, ha lanzado una campaña de atención mediática en la que promete que el final del chavismo está cerca. La acción promocional denominada Ya casi Venezuela fue exhibida también con pancartas y franelas este martes en Madrid cuando el congreso español votaba si reconocía a Edmundo González Urrutia como presidente legítimo de Venezuela. Y esta acción también fue complementada con un video y una campaña de márketing en la que se promete un cambio de ciclo político de la dictadura venezolana por la vía de la fuerza y de las armas. El plan de Prince, explican fuentes cercanas al grupo, pasa por diseñar una estrategia de guerra asimétrica con alta tecnología. Es decir, son conscientes de la superioridad en recursos y en efectivos, pero creen que con creatividad militar y tecnología pueden hacer daño al régimen. El plan también ha estado apoyado por Iván Simonovis, excomisario ahora radicado en Estados Unidos. Y la pregunta lógica ante estos anuncios es: ¿es fiable un plan que anuncia por anticipado una acción de fuerza contra una dictadura, que supuestamente debería ser secreta y no anunciada con antelación. ¿Cuenta con seriedad la propuesta o es una acción aventurada?
