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Jesús ofrece la salvación a través de su muerte y resurrección. Según la creencia cristiana , Jesús fue crucificado en la cruz como sacrificio por los pecados de la humanidad. Asumió el castigo que merecíamos y pagó el precio de nuestras malas acciones. A través de su muerte, hizo posible que nos reconciliáramos con Dios y tuviéramos vida eterna. Para recibir la salvación, uno debe poner su fe en Jesucristo y aceptarlo como su Señor y Salvador. Esto implica arrepentirse de los pecados, creer en el sacrificio de Jesús en la cruz y comprometerse a seguirlo. A través de la fe en Jesús, una persona puede ser perdonada de sus pecados y recibir el regalo de la vida eterna.
