En general, como latinoamericano y argentino en particular, Francia siempre ha sido una referencia cultural. Buenos Aires en muchos de sus aspectos genéricos está construida a imagen y semejanza de París, y hasta el tango tiene la nostalgia de Montmartre. Caminar por algunos barrios de la capital de mi país no dista mucho de sentir el aroma de la francesa. Llegué a Paris por primera vez en el año 2000 y quedé lógicamente maravillado por su arquitectura, aún cuando yo mismo ya era un arquitecto y conocía bien por libros, vídeos y revistas, mucho de lo que iba a ver. Tuve el tiempo de sentirme entre Sartre, Vadim, Brigitte y Delón, y hasta Moliere. Pero las circunstancias cambiaron con el tiempo. De aquella París de principios de siglo a la de estos días han ocurrido muchas cosas. El mundo todo ha cambiado en pocos años. Ahora he vuelto con el propósito de ver cómo están las cosas y compartirlas con ustedes.
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