Una joven se acercó para golpear la mano de un mono araña, que se encontraba dentro de un recinto verjado. La reacción del simio fue agarrarla del pelo y no dejarla ir, hasta un largo y agónico rato, pese a los intentos de los acompañantes. Cuando al fin pudo liberarse, la joven volvió a acercarse... y el mono volvió a agarrarla del pelo.
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