Recorriendo un apartado camino, encontramos un puente de piedra. Miramos hacia abajo y encajado entre la piedra corre el río. Mirando hacia el otro lado avistamos una pequeña presa. Bajamos hasta ella y admiramos la construcción de piedra situada a su lado. Probablemente un antiguo molino. Vemos como las aguas rebasan la presa y nos hipnotizan mientras buscan su camino, pasando delante de la vieja construcción. La presa refrescada por el agua esconde detrás de sí una pequeña laguna, que se utiliza hoy como una pequeña y agradable playa fluvial. A nuestra espalda la vieja construcción nos vigila. Las calmas aguas rodeadas por la vegetación invitan a bañarse en ellas. En su margen mesas invitan a una comida.
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